Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.
JUAN GELMAN.
Llámenme pesimista, pero ¿y si todo eso no sucediera?
ResponderEliminarCreo que, al igual que el cine, la poesía debería tener una secuela, contar el después. No siempre seguiríamos con la sonrisa en los labios.
Perdón, me deliré.
Un beso.
HD
Llámeme optimista, es mi gran "defecto"... ¿y si todo esto y más... sucediera...? ¿por qué reprimirlo...? Se permite delirarse bidireccionalmente :) Besin Dib
ResponderEliminarEs lo bueno de la poesía... tiene tantos finales, como tantas lecturas, porque depende de quien la lee, y de su estado de ánimo cada vez, y de la lluvia y del verano y de las nubes que hay detrás del cristal... En el cine, hay magia, pero no hay ventanas :) besos, de esos, Sr escritor.
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