AMOR ANIMI ARBITRIO SUMITUR, NON PONITUR.
Elegimos amar, pero no podemos elegir dejar de amar.

Publio Sirio

SiempreConmigo...

jueves, 1 de diciembre de 2011

ANDRES ABERASTURI



(Me gusta la palabra: desasosiego. Podría ser la más cercana, la que mejor explicara lo que siento ahora mismo si dejara al margen la tensión que parece conllevar este estado y aumentara el abundamiento de un abrume sereno, el reconocimiento de mi ignorancia, de mis dudas para las que no busco soluciones sino treguas, armisticios y la posibilidad de una convivencia y hasta una connivencia pacíficas. Es, más o menos, lo más parecido a la felicidad y no quiero recetas porque, seguramente, como en el cuento del tesoro de la isla, el tesoro es la misma isla). 

ENVIADO POR ANDRES ABERASTURI, PUBLICADO EN EL DESVAN

Me doy cuenta de que no termino de explicar nunca nada y seguramente no es fácil descubrir en este desasosiego la extraña paz en la que voy entrando. Siempre me ha pasado: encuentro viejos cuadernos y todos están llenos de proyectos, bocetos de cosas que he ido abandonando por el camino sin batallar realmente casi nunca por convertirlos en realidad. Me cansa la realidad y cuando he hecho algo realmente, cuando lo que fue apenas una idea toma cuerpo y se hace visible, existe, no sé por qué deja de interesarme. Siempre ha sido así.     
Hacía referencia a ese otro yo que es el que va ahora a cumplir sus obligaciones, a ganarse el pan y el agua y la sal de cada día. No es un yo automático, alguien ajeno a mi o que sustituya, por oficio, lo que en su tiempo fue urgencia y necesidad; todo es más sutil y difícil de expresar. Sé que soy yo y que entrego cada día todo lo que llevo, pero el duende, la magia, lo que sea, ya no me acompaña. Me reconozco en él y me identifico con todo cuanto dice pero es que como si lo contemplara con cierta distancia, no desde lejos, pero si desde fuera. Esto parece un trabalenguas, pero no lo es: podría escribir mucho sobre ese yo o sobre ese “mi” (tal vez sea más comprensible y más exacto aunque también más incorrecto hablar del otro “mi”) y sobre él haría juicios contradictorios, crueles muchas veces y tiernos otras, radicales y a la vez llenos de tolerancia y comprensión. Todo resulta tan anecdótico, tan poco importante, que sin perder la objetividad –ese realismo sucio pero cierto- también todo, al final, resulta perdonable.

2 comentarios:

  1. El desasosiego, que lleva tantas eses, y que algunas veces para pronunciarlo como que se nos empalaga la lengua. El desasosiego, es una sensación desagradable, no sé cómo describirlo, quizas entre la angustia y la intranquilidad de espíritu.
    Lo relatas con exactitud.
    Un abrazo.

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  2. El texto es de Andres Aberasturi...
    Lo que escribe Brux esta etiquetado como sabores de colores... Espero q te guste igualmente...
    Besos Kenit, muchos :)

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