Foto: Ellen Rogers |
“Besé sus ojos, sus labios, mi boca bajó a lo largo de su pecho y rozó el ombligo infantil, el bello animal, el sexo, donde su corazón latía a golpecitos; su olor, su calor me emborrachaban y sentí que mi vida me abandonaba, mi vieja vida con sus preocupaciones, sus fatigas, sus recuerdos gastados”.
Simone de Beauvoir
Los mandarines (Les mandarins). 1954
eso era el cielo, luego había que bajar unas escaleras
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