AMOR ANIMI ARBITRIO SUMITUR, NON PONITUR.
Elegimos amar, pero no podemos elegir dejar de amar.

Publio Sirio

SiempreConmigo...

miércoles, 9 de abril de 2014

A VECES / Ángel González

Foto: misscakahuette


Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más, en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
no pasa nada.

Lo expresaba muy bien César Vallejo:
«Lo digo, y no me corro».

Pero él disimulaba.



Ángel González


2 comentarios:

  1. Por conocimiento cierto y personal, te digo que Ángel González era un artista del dedo. Casado con joven, mojaba y escribía sin cesar. Eran asiduos de un local llamado el Rincón del Cante en Gijón, gran pareja, sí. Un abrazo.

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  2. Lo leo y si me corro. Perdón, no es así.

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